El próximo sábado, 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Retrete o también llamado Día Mundial del Saneamiento.
Seguramente te preguntes por qué es necesario que exista este día, la verdad es que puede sonar a broma, pero nada más lejos de la realidad. Aunque en el año 2010 el acceso a un saneamiento adecuado y al agua fue reconocido como un derecho humano, en la actualidad más de 2 millones de personas aún no tienen acceso a un saneamiento adecuado.
Que exista un Día Mundial del Retrete es una de las maneras de concienciar a la población de la importancia de cumplir con este derecho. Por eso desde la Organización de Naciones Unidas nos invitan a trabajar para que se tomen las medidas necesarias para llegar a los 2400 millones de personas que viven sin acceso a un retrete.
El tema de este año “aseos y empleo” pretende mostrar cómo la ausencia de saneamiento puede afectar a los medios de subsistencia.
Cifras importantes para recordar
Podríamos estar eternamente hablando de un mismo tema, pero lo que al final mejor recordamos son las cifras. Aquí tenéis las más significativas:
- 2.400 millones de personas no tienen acceso a un saneamiento adecuado. (Organización Mundial de la Salud (OMS/UNICEF, 2015)
- 1.000 millones de personas defecan al aire libre. (OMS/UNICEF, 2015)
- La diarrea mata a 315.000 niños cada año. (WASHwatch 2016)
- El 50% de los casos de desnutrición infantil tiene relación con la diarrea ocasionada por las malas condiciones de saneamiento. (OMS, 2008)
- La transmisión de enfermedades debido a las malas condiciones de saneamiento e higiene son la causa del 17% de todas las muertes relacionadas con el trabajo. (Organización Internacional del Trabajo (OIT) 2003)
No vale cualquier retrete
En los países menos desarrollados está demostrado que la existencia de un inodoro en el lugar de trabajo no siempre garantiza que las personas tengan acceso a un sistema de saneamiento seguro. Para que realmente fuese un saneamiento seguro y eficaz deberíamos poder responder afirmativamente a las siguientes preguntas:
- ¿Hay un número suficiente de aseos?, ¿funcionan bien?, ¿están limpios?
- ¿Se pueden cerrar con llave?
- ¿Hay instalaciones separadas para hombres y mujeres?
- ¿Hay agua corriente para que la gente se pueda lavar las manos o para que las mujeres puedan atender las necesidades relacionadas con la menstruación de forma segura?
Conclusiones a tener en cuenta (según la Organización de Naciones Unidas)
- La falta de aseos en el lugar de trabajo y en el hogar tiene graves consecuencias para las empresas, debido a los problemas que afrontan sus trabajadores: mala salud, absentismo, bajas laborales, pérdida de concentración, agotamiento y descenso de la productividad (Business for Social Responsibility (BSR), 2010).
- Se calcula que los beneficios del suministro de retretes a las poblaciones de las zonas rurales que actualmente defecan al aire libre serán entre cinco y siete veces superiores a los costos (Hutton, 2015).
- Cada año se pierden aproximadamente 260.000 millones de dólares en todo el mundo a causa de las repercusiones de un saneamiento inadecuado y del agua insalubre en muchos aspectos de la economía, pero especialmente en la atención de la salud (Hutton, 2012).
- La inversión en aseos de calidad en los lugares de trabajo y en las escuelas, para que las mujeres y niñas tengan instalaciones limpias e independientes que les permitan mantener su dignidad y vivir la menstruación y el embarazo de manera segura, puede impulsar lo que se suele llamar el “efecto niña” (girl effect): potenciar al máximo la participación de la mitad de la población en la sociedad (Girl Effect, 2015).
Sin lugar a dudas, todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015 de reducir a la mitad la proporción de personas sin servicios de saneamiento adecuado.
Debemos trabajar juntos para conseguir un mundo digno para todos, por eso son necesarios días de concienciación como el Día Mundial del Retrete.
«El sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible exhorta a la comunidad internacional a garantizar el acceso a los retretes para el año 2030. El cumplimiento de este derecho humano fundamental —el derecho al agua y el saneamiento— es positivo para las personas, las empresas y la economía». — Secretario General, Ban Ki-moon