En la rehabilitación de tubería que hemos realizado estos días en la calle Polifemo, en Majadahonda, nos hemos encontrado con un problema típico de las obras realizadas con zanja: una compactación deficiente del terreno.
Aunque a día de hoy no nos hemos encontrado con ninguna situación en la que no hayamos podido aplicar el sistema sin zanja, es cierto que a veces las circunstancias nos obligan a realizar una pequeña apertura para poder acceder a rehabilitar algún tramo, como es el caso de las tuberías que tienen algún tramo partido o aplastado a causa de un hundimiento del terreno. Es en estos casos cuando debemos recurrir a la obra tradicional con zanja.
Antecedentes
El terreno anexo a la viviendo no se había compactado correctamente, lo que había dado lugar a desprendimientos de piedras que provocaron el aplastamiento de un tramo de la tubería. Para proceder a su rehabilitación era necesario realizar una pequeña apertura, cambiar ese tramo y proceder a la rehabilitación total del tubo utilizando el sistema de pocería sin zanja.
El problema se plantea al comenzar la excavación del pozo, ya que se producían continuos hundimientos del terreno que nos obligaron a ampliar las dimensiones del mismo y a contener el desprendimiento de tierras mediante la implantación de un sistema de entibación que evitase su desplome (sistema de contención de tierras realizada con empleo de maderas o elementos metálicos).
¿Qué es la compactación del terreno?
Compactar es la operación previa que se realiza para aumentar la resistencia superficial de un terreno sobre el cual se construye una carretera, un edificio, etc. Se realiza aplicando una cantidad de energía necesaria para producir una disminución apreciable del volumen de hueco del material utilizado y puede realizarse por vibración o por amasamiento e impacto.
Cualquier cambio en el equilibrio natural del suelo puede provocar una alteración física, química o biológica, además existen suelos con una tendencia a la compactación mayor o menor, en función de la composición, estructura y contenido de humedad. En el caso que nos afecta, la compactación del terreno no estaba bien realizada lo que impidió el correcto desarrollo de la obra.
Ventajas de una correcta compactación del terreno
- Aumenta la capacidad soporte del suelo
- Reduce asentamientos en el terreno
- Reduce permeabilidad y escurrimiento
- Reduce el esponjamiento y la contracción del suelo, ya que si hay vacíos el agua penetra y se producirá un esponjamiento en invierno y contracción en verano.
- Impide los daños de las heladas, puesto que el agua se expande y aumenta de volumen al congelarse, haciendo que los pavimentos se hinchen y agrieten.
Consecuencias de una deficiente compactación del terreno
Pero ¿Qué ocurre si la compactación no se ha realizado adecuadamente?
- El principal riesgo es el hundimiento de parte o incluso de la totalidad del terreno, lo que en la obra que nos ocupa conllevaría el desplome de la vivienda y de la piscina adyacente.
- Sepultamiento de los profesionales que están realizando el pozo o zanja poniendo en peligro su integridad personal.
- Al no estar correctamente compactado aumenta el riesgo de expansión por heladas, con el consiguiente hinchamiento del pavimento.
La principal ventaja de la aplicación del sistema de rehabilitación sin zanja es precisamente la ausencia de obras, eliminando tanto las molestias como los riesgos derivados de las mismas. Pero en casos puntuales como el que hemos explicado, es necesario realizar una pequeña zanja por la que acceder al tramo de tubo roto para recuperarlo y posteriormente rehabilitar la totalidad del tubo ya desde el interior del mismo. Es en estos casos cuando debemos recordar los inconvenientes que conlleva la apertura de una zanja.
No hay que olvidar la importancia que tiene la correcta aplicación de los sistemas que la tecnología pone a nuestra disposición y de la profesionalidad de los trabajadores, ya que una deficiente aplicación de los mismos pone en peligro tanto la integridad de las estructuras como la de las personas.