Con el paso del tiempo, cualquier red de saneamiento acaba deteriorándose. Ya sea renovación tuberías sin zanja o mediante pocería tradicional, en algún momento todas necesitas ser cambiadas o rehabilitadas.
Llamamos vida útil de una tubería a los años durante los que ésta conserva sus propiedades hidráulicas y estructurales de manera aceptable sin que tenga que ser rehabilitada.
Los factores que deterioran las tuberías
El deterioro que experimentan las tuberías con el paso del tiempo es fruto de factores diversos, como:
- La abrasión interna: El flujo continuo de aguas residuales junto con componentes sólidos en suspensión o flotantes produce una erosión en el interior del tubo que acaba repercutiendo con los años.
- La disolución y corrosión: De la misma manera, las propiedades disolventes y corrosivas del agua que circula, minimizadas por las características especiales de los materiales que componen la canalización, producen un deterioro lento pero progresivo de las paredes internas de la misma.
- El peso del terreno: En tuberías enterradas, el peso del terreno que soportan en la parte superior va deformando su estructura y minando su resistencia, produciéndose alteraciones en la morfología circular de la sección con la consiguiente disminución de capacidad hidráulica.
- Otros factores, como el crecimiento de raíces o los daños producidos por otras obras, repercuten también negativamente en la funcionalidad del tubo exigiendo la renovación tuberías sin zanja o por cualquier otro procedimiento con mayor prontitud.
Vida útil de los materiales del saneamiento
La acción simultánea de los anteriores efectos pone a prueba las estimaciones iniciales de vida útil de los materiales empleados en la fabricación de las tuberías. Dejando de lado las conducciones metálicas, cada vez menos empleadas, podemos destacar las características de durabilidad que las modernas tecnologías están consiguiendo en las conducciones plásticas y de hormigón, así como de la manga de la fibra de vidrio:
- Los nuevos avances en la industria del cemento y de los equipos de prefabricación de tuberías de hormigón permiten esperar una vida útil de las mismas de 25 años.
- En cuanto a las realizadas con materiales plásticos, existe un amplio de rango de diferencia en la vida útil de los distintos compuestos empleados (PVC y todas sus variedades, polietileno,…) pero, en general, se estima que no debería esperarse una resistencia al deterioro superior a los 30 años.
- Si embargo, el nuevo tubo de manga de fibra de vidrio con resinas formado gracias al sistema de renovación tuberías sin zanja, tiene una vida útil de mas de 70 años.
Del mantenimiento a la renovación tuberías sin zanja
Entre los factores reseñados anteriormente que afectan a la durabilidad del saneamiento hemos olvidado mencionar la ausencia de mantenimiento.
En efecto, la inspección y mantenimiento periódicos de la red de saneamiento contribuyen a la prolongación de su vida útil al prevenir, mediante su detección y limpieza precoz, posibles daños mayores provocados por otras incidencias en las tuberías. Por ejemplo, la localización de pequeñas raíces mediante un robot con cámara CCTV y su posterior fresado y eliminación, anula la posibilidad de que crezcan y alteren definitivamente las características óptimas del tubo.
De éstos trabajos de mantenimiento al igual que de los que se realizan para la renovación tuberías sin zanja, Pocería sin Zanja puede ofrecer cumplida respuesta. Contacta con nosotros y te explicaremos.